martes, 2 de septiembre de 2014

El escritor respondió preguntas de los alumnos de la Universidad del Salvador. (USAL)

Néstor Elías, periodista de FM La Tribu y Radio América
“El problema central hoy es la invisibilidad y el exterminio”
Néstor llego a Chaco como periodista, pero vio una realidad muy diferente a la que pintaban los políticos de la provincia e increíblemente cruda: las comunidades no tenían con qué sobrevivir. Luego de ese encuentro micrófono en mano comenzó un trabajo de lucha incansable para hacer llegar esta realidad al mundo.
¿Cómo fue que te interesaste en los pueblos?
Yo llegué a Chaco para cubrir el carnaval y me encontré con una situación social increíble para una región que no conocía tanto. En ese momento, Chaco era la tercera provincia más pobre de la Argentina. Yo fui a trabajar a la localidad de Villa Ángela, una ciudad ganadera donde había fuertes contrastes. El despilfarro económico de una  intendencia que nos hacia ir a los porteños a una productora a trabajar allí con todo pago sin controlar gastos: poniéndonos autos, globos aerostáticos…. En las siestas yo agarraba el auto y me empezaba a mover hacia adentro. Lo primero que me impactó fueron los wichis. Una realidad tremendamente cruda, muy fuerte, muy increíble para mí. Sentí mucha culpa como argentino y como periodista por no haberme interesado lo suficiente por esa otra Argentina.
¿Cuál es el principal problema que tienen en la actualidad las comunidades?
El problema central hoy es la invisibilidad y el exterminio. En este caso, básicamente, es la tierra, la naturaleza, el agua. Pero con eso va toda la historia de los pueblos originarios porque allí están sus ancestros, sus cementerios, su espiritualidad. Ya sea en el monte o en los Andes, allí está todo. Yo creo que hoy el gran problema es reconocerles los territorios, y con eso solo no alcanzaría seguramente, pero sería un gran paso. Reconocerles los territorios y respetárselos. Y eso no está sucediendo.
¿Qué rol puede cumplir el periodismo con respecto a estos problemas?
Yo creo que el rol que tiene que cumplir -no que debe- es: investigar, informar, escuchar, acercarse a las comunidades y encontrar los mecanismos para poder difundir lo que pasa. Hay que contar lo que pasa. Y si hay comunidades que están siendo extorsionadas por temas políticos, que están siendo robados por vecinos, que les queman sus casas y que les matan sus hermanos. Me parece que son temas de interés periodístico que alguna vez tendrán que ocupar agenda en la República Argentina.
¿Por qué creés que es importante la comunicación?
Porque si no informamos nunca vamos a cambiar este esquema cultural que traemos, que de alguna forma nos lo pusieron en la historia, que está en nuestro ADN: que no hay que preocuparse por el indígena, el distinto, sino que hay que descalificarlo, no sirve, son el problema y no la solución. Me parece que el modo para que eso vaya cambiando -que viene pasando un poquito en el último tiempo- es que varios periodistas levanten la voz contando lo que pasa. Y contando también otras cosas.
¿Los medios de comunicación tradicionales le dan el lugar que se merecen?
Están los medios que tienen algún tipo de vínculo con el Gobierno Nacional. Que por esos intereses jamás tocarían estos temas salvo determinadas circunstancias como para no quedar como escondiendo el tema. Y el resto de los medios, que no está de acuerdo con las políticas que se están ejecutando hoy en el país, en general tampoco utilizan genuinamente estas temáticas, sino que las utilizan porque sirve para pegarle al gobierno. Pero a la vez no le dan profundidad porque muchos de los empresarios que manejan esos medios también están incluidos en pooles de soja y quedándose con las tierras de las comunidades
¿Creés que las Jornadas pueden contribuir a dar más a luz?
Yo creo que todo lo que sean espacios que se abren para hablar de estas temáticas, invitando a personas que trabajan en estas temáticas ayuda. Primero abierto al público, a que cualquiera que se quiera acercar a la temática lo haga. Pero también porque se da en un marco particular educativo en donde se están generando futuros profesionales de la comunicación. Y entonces, ¿si no es ahí donde trabajamos en dónde vamos a trabajar para que esto cambie?

 Nota: Victoria Claramunt 
Foto: Emiliano Pollini / Estudio Nalá

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