sábado, 2 de febrero de 2019

Zarautz - Homenaje a Jorge Elias

Con la crisis del 2001 en la Argentina, empezaba un éxodo de compatriotas de considerables dimensiones. Hermanos y hermanas que salían del país buscando un futuro mejor. Los aeropuertos lejos de ser festivos, eran profundamente dolorosos. Padres y madres lloraban frente a un proceso inverso al que había traído hasta estos territorios a sus padres, abuelos, o incluso a ellos mismos. Ahora les tocaba ver a sus hijos e hijas partir. 
Entre ellos, partía Jorge el hermano del poeta y periodista Néstor Elias. Eran épocas de poca internet, aún teléfonica y en horarios nocturnos...épocas de ilegalidad sudaca en la Europa rica y el norte del continente americano. Así, a los pocos meses de su partida llegó una postal de Zarautz, por correo vía carta epistolar. Esa imagen y las sensaciones de destierro que se vivían en el seno familiar, dispararon el texto que el autor lee en este video. A los pocos años el texto formó parte del libro "Aromas y Huellas. Poesías de cierta intimidad" y el autor pudo llevarlo de gira por Europa. Allí en en Zarautz fue presentado junto a su hermano en el Palacio de la Kultura Vaska Sanz Enean y fue la única vez que dicho poema fue leído en público (hasta hoy) como cierre de la mencionada presentación. Jorge Elias, falleció en Zarautz tras cumplir 50 años a manos de un cáncer fulminante el 30 de noviembre del 2013, seis meses después de la partida su madre en Buenos Aires. Entre los hermanos quedaron algunos proyectos inconclusos, pero la intensidad con la que vivieron y compartieron actividades y sueños durante esos diez últimos años fue de una profundidad inigualable. La tristeza inacabable por la partida repentina de Jorge generó en su hermano la negación del texto dedicado a Zarautz hasta la fecha.

Jorge Elias - 6 de febrero de 1963 - 30 de noviembre de 2013 -






Zarautz

El mundo está repleto de lugares increíbles.
Diversamente preciosos, cordialmente mundanos.
Simplemente fantásticos.

El mundo esta colmado de rincones dolorosos.
Diversamente maltrechos, cordialmente miserables.
Simplemente lugares.

Donde vive y muere gente... lugares y rincones.

Los mapas están saturados de nombres impronunciables.
Diversamente sonoros, difícilmente recordables
Simplemente paisajes.

Que se completan con el paisaje interior de sus habitantes.

Yo,
vivo en uno de esos lugares,
que puede reunir todos y cada uno de los calificativos comentados,
y los por comentar a manos de cualquiera.

Y allí, lejos hacia el norte,
en ese espacio abierto a la vida,
apareciste tu, Zarautz.

Un lugar en el mundo.
Un paisaje con el que amanezco todas las mañanas
y que visito semanalmente sin faltar a la cita,
desde hace tres meses, desde aquella noche lluviosa de aeropuerto
desde aquel concreto exilio.

Te recorro, Zarautz, todas las noches,
y mis lágrimas humedecen las blancas arenas de tus playas,
a través de mi teclado.
En cada madrugada la espuma de un mar que desconozco
avanza un poco más hacia tus costas,
como un sentimiento expansivo que busca nuevos horizontes.

Como si llevara una bella síntesis de las miradas de muchos.
Una botella al mar colmada de esperanza.

Y allí, cerca, en mis emails,
en ese espacio abierto a la vida,
estás tú, Zarautz.

Y yo,
que hasta hace algunos meses no sabía de tu existencia,
hoy te siento tan dentro mío,
que podría vivir en tus entrañas, amanecer en tus cuartos
y dormir tus borracheras.

Solo porque abrigaste a un hermano en búsqueda.
que llevó sus ilusiones, su coraje y su osadía.

Tus molinos no lo intimidaron,
y los ladridos de "los otros" le dieron buena señal.
Si Cervantes viviera, escribiría hoy un nuevo libro,
basado en esos nuevos quijotes
que a esta altura han superado ampliamente el territorio de La Mancha.

Tu geografía y tu gente, es decir, tu paisaje vive en mí.

Recorro tus calles y puedo sentir tu aire de mar.
En cada palabra que me llega de vos
disfruto tu euskera y me meto en tu mapa.
Me mojo con tu lluvia, y me emociono con tu amor.

Ahora que se que existes Zarautz,
no dudes que haremos cosas juntos.

Ah!...
Y te encargo a ese quijote, "el cocinero sudaca"
mira que el mundo cuenta con pocos y te hemos enviado el mejor.
Agur.

Bs. As. 10 de agosto de 2002

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